El XXII Capítulo General nos ha recordado que la MISIÓN COMPARTIDA es una cuestión vital que parte de la certeza de que el carisma de José Gras y Granollers, está vivo en las Hijas de Cristo Rey y en muchos laicos con los que compartimos la misión que nos confió Jesucristo en su Iglesia: que avance el Reino. Por eso, nos recuerda que hemos de entender la Misión Compartida como un espacio rico de diversidad y de complementariedad que lleva consigo proceso lentos, quizás, de reflexión y de situarnos ante esta nueva realidad.
Es importante recordar que para crecer en este camino, debemos seguir trabajando y ahondando en el Plan Institucional de Formación de Educadores que parte de tres actitudes que nuestro Pensamiento Educativo considera indispensables para los educadores de los Centros “Cristo Rey”, porque son como rasgos característicos de la pedagogía que brota de la visión carismática del Padre Gras:
- La abnegación: Necesaria para llevar a cabo la misión educativa[1] y conseguir los fines de una verdadera educación cristiana.
- El celo de apóstol: que lleva al educador a profundizar en la persona de Cristo, a darlo a conocer y a promover personal y profesionalmente, los valores cristianos, en él mismos y en sus alumnos.
- La responsabilidad en el fiel cumplimiento de su misión: sabiendo que para ello el educador tiene que buscar siempre estar al día, y esto exigen un crecimiento constante, una reflexión y confrontación con el Evangelio, del que es testigo y mensajero, a la vez que un continuo proceso de socialización e inculturación, desde el estudio y observación de las necesidades y realidades de su entorno.[2]
[1] Cf. EB, jul. 1917, 11.
[2] Cf. Pensamiento Educativo Hijas de Cristo Rey, p. 63-65