EXPERIENCIA PASTORAL SOCIAL HIJAS DE CRISTO REY EN LIMA.
Entrevista presencial a la Hna. Carmen Murrieta, HCR
– Cristo reina, Carmen, en el Equipo de Pastoral Social hemos oído mucho sobre esta labor social que lleváis adelante desde la Comunidad de Lima, es una alegría para mi poder estar hoy aquí y experimentar en directo este apostolado.
Después de un trayecto de 35 min en coche desde la Comunidad, percibo al llegar un ambiente sencillo y receptivo, bastantes niños, adolescentes, jóvenes, señoras y hasta algunas abuelas nos estaban esperando a la puerta de la Parroquia con alegría y deseos de compartir la tarde con las Hijas de Cristo Rey. Hemos llegado cargadas de galletas, gaseosas y material de trabajo, tanto para dinámicas con los más pequeños, como para las catequesis de bautizo, primera comunión y confirmación, y los talleres de manualidades con las señoras ya confirmadas. Nos hemos repartido por grupos de trabajo con la colaboración de algunos catequistas y la tarde ha pasado volando. Con ganas de volver me despido, pues ya tenemos que volver a casa, pero aprovecho antes para hacerte algunas preguntas:
¿Qué es lo primero que nos quisieras compartir sobre esta acción social en Lima cada sábado?
-La experiencia que tengo en el contacto con las personas del barrio “Doscientas Millas”, a unos 13 Km de Pueblo Libre, es de acción de gracias a Dios, pues recibo muchas enseñanzas de cada una de ellas, más de lo que yo les doy. El grupo está formado de personas pobres en recursos económicos, incluso en estudio y en valores, pero desde su realidad, son muy sensibles y acogedores a lo que se les habla de Dios, de su palabra, la Iglesia, los Sacramentos, nos quieren mucho a las HCR y recuerdan con cariño a las hermanas que trabajaron con ellos.
– ¿Qué aporta el contacto con esta realidad social a tu ser de HCR? ¿Qué recibes en ella?
-El contacto con esta realidad me ayuda a ser más sensible a las necesidades de los demás, también me hace tomar conciencia que no solo el colegio es espacio de evangelización, pues los pobres también necesitan nuestra presencia, ellos nos cuestionan y nos exigen coherencia de vida. Sus actitudes son de entusiasmo, acogida, cercanía, son sensibles a la fe,
Compartir con ellos cada semana, me ayuda y nos ayuda a todas a relativizar los acontecimientos de la vida, a salir de nuestras comodidades, a no tener miedo el sacrificio, pues ellos para llegar a la parroquia caminan buen trecho, pero llegan felices junto con sus niños.
Son hermanos que me cuestionan, ellos son felices y agradecidos con muy poco que reciben, porque viven el hoy desde la fe, sin desesperarse por el mañana, confían en la Providencia de Dios.
– He podido comprobar como lo primero que hacéis en el saludo general a todos es leer el evangelio del domingo y comentarlo sencillamente aplicándolo a sus vidas ¿Qué más aportas desde tu ser de consagrada HCR a las personas de este barrio, “200 millas”?
-Yo hago mi trabajo con mucho cariño con cada uno de ellas, buscando espacios para compartirles mi experiencia de Dios, el tiempo que les dedico los sábados por la tarde junto a otras hermanas de la comunidad, es una ofrenda, porque se convierte en muchas bendiciones que recibo, compartimos pequeños talleres como tejidos de lana, bordados, bisutería, etc. Preparación a algunos sacramentos como Eucaristía (Primera Comunión) Bautismos y en algunos casos, Confirmación.
-Por último, ¿podrías contarnos algunos momentos que se te hayan quedado grabados en la misión que lleváis a cabo aquí?
-El 2022 celebramos la Navidad en el colegio junto con las niñas de la promoción de primaria, nos acompañaron las señoras de la Comunidad del Reino y fue una sorpresa comprobar que tenían muy buen ritmo en el baile, tanto las mamás como los niños, todos muy espontáneos, fue un hermoso día. Este año jugamos el Bingo de la Biblia para aprender los libros y hasta los adultos se volvieron niños por ganar los pequeños premios, fue una tarde muy divertida.
-Gracias por tu testimonio, y por la oportunidad de poder acompañar esta tarde al grupo de adolescentes que quieren bautizarse y hacer su primera comunión, ha sido una experiencia nueva escucharles y compartir con ellos la experiencia de un Dios-Amor Misericordioso que siempre está con nosotros. Seguimos orando y colaborando desde los Proyectos Hacer el Bien con esa realidad social que acompañáis en Lima.
Rocío Pérez de Ayala, HCR