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Deja que sea Él quien te diga lo que sueña para ti. Aquí te iremos dejando algunos textos bíblicos donde puedas encontrar posibles respuestas de Dios a tus preguntas. Podrás usarlos en pequeños momentos de oración. Dios mismo saldrá a tu encuentro en cualquiera de ellos, o quizá en todos…
Gen 12,1-5: vocación de Abraham “El Señor dijo a Abrán: —Sal de tu tierra nativa y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y servirá de bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo. Abrán marchó, como le había dicho el Señor, y con él marchó Lot. Abrán tenía setenta y cinco años cuando salió de Jarán.” |
Is 54,1-10: Dios te dice: mi amor de tu lado no se apartará. “Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas; porque te extenderás a derecha e izquierda, tu estirpe heredará naciones y poblará ciudades desiertas. No temas, no tendrás que avergonzarte, no te sonrojes, no te afrentarán; … Porque el que te hizo te toma por esposa: su Nombre es Señor Todopoderoso. Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra. Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor; como a esposa de juventud, repudiada –dice tu Dios–. Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te recogeré. En un arrebato de ira te escondí un instante mi rostro, pero con lealtad eterna te quiero –dice el Señor, tu redentor–… Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas, no te retiraré mi lealtad ni mi alianza de paz vacilará –dice el Señor, que te quiere–.” |
Os 2,20-25: Dios nos dice: te desposaré conmigo en fidelidad y tú conocerás al Señor. “Me casaré contigo para siempre, me casaré contigo a precio de justicia y derecho, de afecto y de cariño. Me casaré contigo en fidelidad, y conocerás al Señor. Aquel día escucharé –oráculo del Señor–, escucharé al cielo, éste escuchará a la tierra, la tierra escuchará al trigo y al vino y al aceite y éstos escucharán a Yezrael. Y me los sembraré en el país, me compadeceré de Incompadecida y diré a No-pueblo-mío: Eres mi pueblo, y él responderá: Dios mío.” |
Mt 13,44-46: Por la alegría que le da, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel. “El reinado de Dios se parece a un tesoro escondido en un campo: lo descubre un hombre, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, vende todas sus posesiones para comprar aquel campo. El reinado de Dios se parece a un mercader en busca de perlas finas: al descubrir una de gran valor, va, vende todas sus posesiones y la compra.” |
Mc 1,16-20: vocación de los cuatro primeros discípulos. “Jesús se dirigió a Galilea a proclamar la Buena Noticia de Dios. Decía: —Se ha cumplido el plazo y está cerca el reinado de Dios. Arrepentíos y creed en la Buena Noticia. Caminando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes al lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: —Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres. Al punto, dejando las redes, le siguieron. Un trecho más adelante vio a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, que arreglaban las redes en la barca. Inmediatamente los llamó. Y ellos dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron con él.” |
Jn 1,35-39: los primeros discípulos… ¿qué buscáis? venid y lo veréis. “Al día siguiente estaba Juan con dos de sus discípulos. Viendo pasar a Jesús, dijo: —Ahí está el Cordero de Dios. Los discípulos, al oírlo hablar así siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les dijo: —¿Qué buscáis? Respondieron: —Rabí –que significa maestro–, ¿dónde vives? Les dijo: —Venid y ved. Fueron, pues, vieron dónde residía y se quedaron con él aquel día. Eran las cuatro de la tarde.” |
Jn 1,39-51: Llamadas en cadena. Encuentra a Felipe y le dice: —Sígueme. “Uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús era Andrés, hermano de Simón Pedro. Encuentra primero a su hermano Simón y le dice: —Hemos encontrado al Mesías –que traducido significa Cristo–. Y lo condujo a Jesús. Jesús lo miró y dijo: —Tú eres Simón, hijo de Juan; te llamarás Cefas–que significa Pedro–. Al día siguiente Jesús se disponía marchar a Galilea, cuando encuentra a Felipe y le dice: —Sígueme. Felipe era de Betsaida, patria de Andrés y Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice: —Hemos encontrado al que describen Moisés en la ley y los profetas: Jesús, hijo de José, natural de Nazaret. Responde Natanael: —¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno? Le dice Felipe: —Ven y verás. Viendo Jesús acercarse a Natanael, le dice: —Ahí tenéis un israelita de verdad, sin falsedad. Le pregunta Natanael: —¿De qué me conoces? Jesús le contesta: —Antes de que te llamara Felipe, te vi bajo la higuera. Responde Natanael: —Rabí, tú eres el Hijo de Dios, el rey de Israel. Jesús le contesta: —¿Crees porque te dije que te vi bajo la higuera? Cosas más grandes que éstas verás.” |
Ef 3,14-41: Pablo reza para que vivamos conforme a la vocación a la que hemos sido llamados. “…que por la fe resida el Mesías en vuestro corazón, que estéis arraigados y cimentados en el amor, de modo que logréis comprender, junto con todos los consagrados, la anchura y longitud y altura y profundidad, y conocer el amor del Mesías, que supera todo conocimiento. Así os llenaréis del todo de la plenitud de Dios. El que, actuando eficazmente en nosotros, puede realizar muchísimo más de lo que pedimos o pensamos reciba de la Iglesia y del Mesías Jesús la gloria en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén.” |